LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO…
Hoy en día hablar del maestro puede prestarse a polémica.
Pueden decirse muchas cosas del maestro.
Hoy la mayoría de los maestros están involucrados en la política, son funcionarios municipales, estatales y hasta líderes nacionales que se han olvidado de su desempeño escolar como profesores de banquillo.
Hace muchas décadas el maestro era un apostolado, un líder social y un gestor de su comunidad. ¡Era todo!
Es cierto los tiempos han cambiado. Pero actualmente ya casi no existe el maestro que se quede en su comunidad a vivir, a convivir y a compartir las experiencias con su entorno comunitario. Ya los medios de transporte han hecho de su parte facilitándoles acceso a la ciudad.
Antes el maestro recorría caminos y veredas. Cruzando ríos, arroyos y zonas desérticas o selváticas. Ahora ya no, las cosas han mejorado en gran parte en nuestro país. No en su totalidad pero sigue mejorando.
Hoy los maestros tienen que actualizarse y modernizarse y estar de acuerdo con la tecnología digital, debe como mínimo saber manejar un celular, una computadora o una memoria digital.
Tanto es el cambio que se le exige al maestro que hay situaciones en que todavía trabaja en pésimas condiciones (aulas deplorables, mesabancos inservibles, escuelas sin techo, alumnos desnutridos, pobreza extrema, etc.
Pero según las autoridades educativas estamos en el siglo XXI y las cosas en el ambiente escolar deben de mejorar para obtener un reconocimiento nacional e internacional en la calidad educativa.
Las críticas sociales son severas hacia el maestro, pero realmente son las autoridades educativas responsables del deterioro educativo que tenemos, pues no han podido escoger un modelo educativo acorde con las necesidades del país, siempre queremos imitar proyectos educativos de otros países sin tomar en cuenta la idiosincrasia de todos los que vivimos en México.
Celebrar al maestro, es reconocerle su trabajo, porque pese a todo, las generaciones que ya han pasado por una escuela y son profesionistas saben que aprendieron a leer y a escribir por la enseñanza de un maestro o maestra.
Reconocer que para ser maestro se necesita vocación y entereza, no es nada más llegar al salón o al aula escolar a creer que enseñamos, tenemos que compartir esta responsabilidad que conlleva un compromiso en conjunto con los padres, alumnos y autoridades.
El apostolado del maestro se ha deteriorado pero aún así quedan muchos (yo diría demasiados) que hacemos nuestro labor de docentes con vergüenza y responsabilidad.
Para los maestros que ya no están con nosotros, para los que aún siguen activos en este quehacer de entrega, para los que empiezan a sentir la responsabilidad de formar futuras generaciones y que tienen la consigna de no echar a perder a niños y niñas con equivocaciones injustificadas que luego nos las reclaman directamente en el futuro.
Por todo ello, mí admiración, estimación y respeto en este 15 de mayo “DÍA DEL MAESTRO”.
¡Muchas felicidades maestros y maestras! ¡Nuestro compromiso son los niños y jóvenes!